domingo, 23 de agosto de 2020

Shapes of my heart

 


En un tiempo no muy lejano, antes de la pandemia, Luna fue a un salón de belleza y luego de tratamientos infinitos, fue atendida por un peluquero, que mientras cortaba su cabello le cantaba Shapes of My Hearts, ni el acento era perfecto, ni la entonación y mucho menos el peluquero, pero las preguntas si que lo eran: y ¿Qué tal si ella se atrevía...y Qué tal si él se atrevía...y Qué tal si todas las barreras de clase se derrivaban para ser?

Luna regresó a su casa, con esta impresión como perfume, sin poder compartirla con nadie, ¿Quién seria capaz de entender la profunda sensibilidad que esa canción en esos labios despertó en ella? el erotismo sutil levantado por ese gesto galante e intensionado. ¿Cómo explicar ante sus amigas que ese hombre que se había tan delicadamente infiltrado en sus deseos era pobre, delgado, pequeño, feo? ¿Como decirle a quien sea, que ya habian pasado años y la fragancia de él regresaba de cuando en cuando?

Confesar que un peluquero, con una canción, habia tocado algo peor que su alma, que era su EROS, era como confesar que había deseado al ayudante del chofer de bus que daba el cambio, noooo...eso las señoritas como Luna no debian ni hacer, ni sentir y menos decir...pero el deseo... como las fantasias volaban libres como mariposas, buscando intuitivamente la miel de las flores.




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