jueves, 17 de julio de 2008

LUNA: LA PRINCESA K TENÍA AMNESIA

Había una vez una princesa k tenía amnesia y no sabía k era una princesa. Por lo tanto desconocía de donde le venía la compulsión de besar sapos, ignoraba totalmente k llevaba arrastrando una memoria genética k le obligaba a buscar a su príncipe azul entre los verrugosos habitantes de los pantanos.

Además se trataba de una princesa mestiza k descendía de dos tradiciones y por eso andaba en su amnesia aún mas perdida. Era originaria del Reino de Quitu y además descendiente de algún linaje de los cuentos de los hermanos Grim.

Pero la verdad es k era mas india k nada, una autentica princesa india, y claro, en este Kito blanqueado, nadie podía reconocerla y menos con esos modales y su incontrolable hambre de lobo.

Si hubiera sido descendiente de esos reinos europeos hubiera sido fácilmente reconocible a pesar de su amnesia, el kito chiquito de conventillo reconoce de lejos la “sangre azul. Por otra parte cualquiera puede hacerse pasar de la nobleza, es tanto así k por esta ciudad hay un montón de “condesas, duquesas, ladys”, etc k con una escuela a distancia basada en la lectura de revistas Hola, Vanidades, Cosas, Caras, etc; clases presénciales en la plaza de toros, para el manejo adecuado de la Z y de la bota, logran convencer a una serie de ilusos en k son plebeyos para conseguir para si mismas una serie de consideraciones inmerecidas.

Pero Luna procedía de otra tradición, de los páramos y de un lugar donde el sol y la tierra eran los dioses, donde el agua y el aire eran hermanos. Por esto su raro comportamiento. Los sapos no entendían ni mierda cuando los sacaban del pantano para ser bien tratados y consentidos. Los hombres, mal acostumbrados, a ser convertidos en plebeyos tampoco comprendían nada cuando los trataban por igual, extraño era para ellos no tener k humillarse constantemente para obtener una sonrisa o no tener k soltar dinero para comprar una mirada.

Pero en esta era de la naranja no se puede andar con culifalda, con escotes, con nobleza y con consideraciones a los otros. Las feminazis y las curuchupas suelen llamar “tontas” a las princesas indias amnésicas y la mayoría de hombres se sienten afortunados cuando se encuentran con princesas amnésicas a las k más bien suelen llamarlas “fáciles”, ignorar e incluso maltratar.

Las princesas amnésicas indias descendientes de licántropos son mucho más de lo k parecen a simple vista, pasan su vida en un intento de recordar y olvidar, tienen su alma dividida entre la entrega generosa de servicio a sus hermanos; y por otra parte la maldición del lobo enfermo k condenó a sus ancestros a la antropofagia, la tentación de ver a los hombres como chuletitas de cerdo; finalmente escapan de esta disyuntiva con la cobarde salida de la autodestrucción. La princesa licántopa se destruye al amar, pero no renuncia al amor, consecuentemente se entrega con pasión y muere en cada acto, revive a la mañana para volver a morir con la luna y en cada despertar ha vuelto alegremente a perder la memoria.

I


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